Las olas de todos los huracanes golpean contra la amistad sincera, Más no hay tormenta que doblegue el lazo de la mano compañera. Tu apoyándote en mi y yo en ti por caminos sinuosos anduvimos, Reímos en cada aventura, en cada cruce violento del destino. Así seguiremos nuestra epopeya, regada de atardeceres y ceniza, Seguiremos amigos por siempre, juntos y acompañados por la risa.
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